Pasar de la cuna a la cama es un hito importante en la vida de un niño, pero puede ser un momento de incertidumbre para los padres. ¿Cuándo es el momento adecuado para hacer este cambio? ¿Cómo podemos asegurarnos de que sea una transición exitosa para todos?

En este artículo, exploraremos estos temas y te daremos algunos consejos para hacer que este proceso sea lo más suave posible.

 

¿Cuándo es el momento adecuado para pasar de la cuna a la cama?

Uno de los principales indicadores de que tu hijo está listo para pasar de la cuna a la cama es cuando comienza a intentar trepar por los barrotes de la cuna. Otros signos incluyen que ya no cabe cómodamente en la cuna o que parece estar incómodo al dormir en ella. Es importante estar atento a estas señales para asegurarnos de que el cambio se realice en el momento adecuado.

Normalmente, se aconseja esperar hasta que los niños tienen entre 2 años y medio y 3 años para pasar de la cuna a la cama. Esto se debe a que antes de esta edad, su desarrollo cognitivo no suele estar lo suficientemente avanzado para comprender que deben permanecer en la cama durante la noche.

En este sentido, corren el riesgo de caerse de la cama o de deambular por la habitación, lo que podría suponer un peligro. Además, es posible que visiten nuestra habitación durante la noche, interrumpiendo el descanso de toda la familia.

Preparando la habitación para la transición

Antes de hacer el cambio, es importante preparar la habitación de tu hijo para esta transición. Asegúrate de que la cama esté colocada en un lugar seguro y que no haya objetos peligrosos cerca. También puedes involucrar a tu hijo en la elección de la ropa de cama para que se sienta emocionado por este nuevo paso.

¿Cómo hacer el cambio de la cuna a la cama?

Si observamos que nuestro pequeño/a está listo/a para dar este paso, lo primero que debemos hacer es involucrarle en el proceso. Al empezar a comprender y razonar, podemos explicarle que ha llegado el momento de dormir en su cama de mayor. Podemos ir juntos a comprar las sábanas y otros accesorios para su nueva cama, haciendo que el cambio sea más divertido.

Durante esta transición, es recomendable mantener su rutina de sueño sin cambios bruscos, ya que pasar de la cuna a la cama es suficiente cambio para él/ella. En este momento, es importante mantener la consistencia en su rutina más que nunca. Si durante la transición se levanta y va a vuestro cuarto, acompañarle en silencio de vuelta a su cama y recordarle que debe quedarse allí hasta la hora de despertar.

Puede ser útil acompañarle brevemente para tranquilizarle y ayudarle a conciliar el sueño nuevamente. Por otro lado, podrías comenzar el cambio llevando a tu hij@ a su nueva cama durante las siestas. De esta forma se irá familiarizando con su nuevo espacio para dormir.

Una rutina de sueño consistente es clave para una transición exitosa de la cuna a la cama. Asegúrate de establecer horarios regulares para acostar a tu hij@ y seguir una serie de pasos antes de dormir que le ayuden a relajarse y prepararse para la noche. Tener un plan de sueño es un buen aliado para hacer la transición.

Es normal que la transición de la cuna a la cama pueda llevar un tiempo y que tu hijo se sienta inseguro al principio. Mantén la calma y la paciencia, y recuerda que este es un proceso de aprendizaje para todos los involucrados.

Errores a evitar para pasar de la cuna a la cama

Si decides pasar a tu bebé de la cuna a la cama demasiado pronto, sin que esté preparado, puede resultar en un descontrol en su sueño y descanso, afectando a toda la familia. Podrías pasar noches enteras levantándote de la cama porque te llamará constantemente, e incluso acabarás durmiendo con él por el cansancio.

Es importante no hacer este cambio cuando coincida con otros factores externos que puedan desestabilizar al niño y alterar sus rutinas diarias. La llegada de un hermanito puede hacer que el mayor se sienta abandonado al salir de la cuna repentinamente. Asimismo, una mudanza puede suponer demasiados cambios para que el niño pase de golpe a dormir solo en una habitación nueva. Además, situaciones como separaciones o pérdidas de familiares pueden afectar su adaptación.

Evita castigarles diciéndoles frases como “vete a la cama” o “vete a tu habitación”, ya que el niño podría asociar el cuarto o la cama con un castigo. Por el contrario, es importante que se sienta cómodo y seguro en su nueva cama. No le quites su muñeco o peluche de apego, ya que le puede ayudar a sentirse acompañado en este cambio.

Cómo debe ser la primera cama para los bebés tras dejar la cuna

La elección de la primera cama para bebés es crucial para garantizar su seguridad y comodidad. Es fundamental que la cama sea segura, de baja altura y sin resaltos ni esquinas que sobresalgan. Además, se recomienda colocarla lejos de ventanas y enchufes para evitar posibles accidentes.

Es importante mantener la cama baja y pegar el colchón a la pared en uno de los lados, mientras que en el otro lado se pueden colocar barreras protectoras para evitar caídas. Aunque el golpe no será desde una gran altura, es importante prevenir cualquier tipo de accidente, ya que los bebés suelen moverse mucho.

Para facilitar la comunicación con el bebé durante la noche, se puede optar por instalar algún sistema acústico o de imagen que permita escucharlo y verlo si necesita algo. Algunas personas deciden no utilizar una estructura de cama y colocar el colchón directamente en el suelo, aunque en algunos casos se prefiere una estructura baja para facilitar la autonomía del niño al acostarse y levantarse.

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